Hacia el año 2011, la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera de Uruguay, determina que tiene un triple desafío que enfrentar:
1. La necesidad de expandir la Iglesia en Uruguay.
2. La Plantación de una nueva obra en la Montevideo, dado que la primera y única Iglesia databa del año 1970.
3. La necesidad de atender a los jóvenes universitarios, que se trasladaban desde las ciudades del interior a estudiar en Montevideo y que se desvinculaban de las Iglesias.
A principios del 2011, los hermanos Santhiago y Rodrigo Farías, pertenecientes a la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera de Barrio Bisio de la ciudad de Rivera, se trasladan por motivos académicos a la ciudad de Montevideo. En ese contexto, y con el objetivo de cuidar su vida espiritual, comienzan a realizar reuniones de estudio bíblico, oración y comunión cristiana en su apartamento, para lo cual son apoyados por los pastores René Echeverría y Ademar Souza quienes les visitaban esporádicamente, lo que permite la consolidación de un pequeño grupo de jóvenes. Ese mismo año, en el mes de Agosto, se realiza en San Pablo, Brasil, la reunión anual de la Confraternidad Latinoamericana Aliancista (CLA), donde la Iglesia uruguaya, representada por los pastores Jesús Farías y Ademar Souza, y la Iglesia chilena, representada por los pastores Felipe Fierro y Cristian Salgado, acuerdan el inicio de un plan de cooperación, para apoyar al grupo naciente en Montevideo, con el fin de proyectar la Plantación de una Iglesia en esa ciudad. Esto se canaliza en los siguientes meses, con la visita de los pastores Fierro y Salgado, a Uruguay. En esa visita, se acuerda delegar en el pastor Salgado, el desarrollo de una investigación de campo y la elaboración de un Proyecto escrito. Dicho proyecto, es aprobado por ambas Iglesias entre 2012 y 2013, concretándose en Febrero de 2014 el envío a Uruguay de una familia chilena, compuesta por el pastor Cristian Salgado, su esposa Lisette Ramos y sus hijos Bárbara y Rodrigo.
El 15 de Febrero de 2014, se realiza la primera reunión de la familia misionera con el grupo naciente en Montevideo, formado por cinco jóvenes. En los meses que siguen, comienzan a sumarse nuevas personas, lo que permite establecer grupos de estudio bíblico y reuniones sistemáticas, las que se realizan en el living- comedor de la casa pastoral, la cual había sido alquilada con este fin. La dinámica de las reuniones consideraba que al finalizar cada una de ellas, se compartían los alimentos, mate y un buen diálogo. Esto permitió consolidar la unidad del grupo, dando contención emocional y espiritual, a quienes se encontraban lejos de su hogar. Durante tres años, se compartió el evangelio, en esas condiciones y el Señor comenzó a añadir a quienes habrían de ser salvos. En ese período además, la pastora Lisette Ramos, comienza a organizar el Ministerio de Alabanza.
El 19 de Abril del año 2015, la Iglesia Nacional, reconoce el desarrollo de la incipiente Iglesia y le da el estatus oficial de “Iglesia en Formación”. Ese mismo año, se bautizan las primeras cuatro personas, la primera persona bautizada es nuestra hna. Victoria Caetano, en ese entonces estudiante de instrumentación quirúrgica y hoy profesional en ejercicio. A la fecha, se han bautizado 18 personas y se está en preparación de nuevos candidatos (as). Se continuó con el estudio sistemático de la Biblia, agregando estudios de Introducción Bíblica y se realizaron actividades en hogares de menores con el objetivo de dar a conocer la Iglesia y profundizar por medio del servicio la formación de los jóvenes.
El año 2016, nuevas personas, conocieron al Señor y seis sellaron su fe en las aguas del Bautismo. Profundizamos en el estudio bíblico, comenzando a estudiar el libro de Romanos, Hermenéutica y Homilética, para un grupo que comenzaba a demostrar dones relacionados a la enseñanza y la predicación. Dada la imposibilidad de tener a todo el grupo en un día y hora específico, se optó por formar varios grupos, en horarios que iban desde la mañana a la noche, desde martes a domingo. Toda esta dinámica, nos obligó a cambiar el lugar de reunión, por lo que habilitamos una sala de lavado de 27 m2 ubicada en el patio de casa, lo que proveyó un poco más de espacio. Compramos equipamiento de sonido básico, un teclado y una caja peruana, y el ministerio de alabanza sumó más gente.
El año 2017, tres nuevas personas fueron bautizadas. Se realizaron dos matrimonios, entre jóvenes que se conocieron en la Iglesia. Nuevamente se presentó la necesidad de mayor espacio para las reuniones, por lo que llegamos a un acuerdo de cooperación con la única Iglesia de la ACMU en Montevideo, quienes cuentan con un templo propio. La Iglesia de Tres Cruces (denominada así por el nombre del barrio), nos cedió el uso de las instalaciones para los días sábado y domingo por la tarde, por lo que a la fecha estamos realizando allí nuestras reuniones. Además, y con el objetivo de alentar llamados ministeriales y formar adecuadamente al liderazgo de la Iglesia, se estableció una extensión del Centro de Estudios Teológicos del Uruguay (CETAU, con sede central en la ciudad de Rivera), en Montevideo, donde 10 jóvenes están cursando materias, para lo cual hemos contado con el apoyo de docentes de Argentina y Chile. Como fruto de la formación, actualmente cuatro jóvenes están participando de la predicación en la Iglesia, varios comparten reflexiones en los grupos de oración y en las reuniones, y dos jovencitas están siendo formadas por Lisette como profesoras de escuela bíblica.
En el año 2018, se realizaron dos nuevos matrimonios y se procedió al bautismo de cinco nuevas personas. En los aspectos materiales, se adquirió nueva implementación de sonido y se desarrolló un proyecto de reformas del templo, con el objetivo de realizar el cambio del piso, pintura de paredes, reparación de baños y la habilitación de una sala como espacio de uso múltiple.
En el año 2019, se realizaron dos matrimonios, al igual que los anteriores entre personas que se conocieron al interior de la Iglesia. Se consolidó el liderazgo y las funciones, con el desarrollo de los ministerios de misiones y de damas. Se formalizó la Junta Administrativa y Ministerial definitiva de la Iglesia, la que está en funciones actuales, y se consolidó la membrecía de la Iglesia en 40 personas.
Sólo queda un último esfuerzo, que tiene como meta ser reconocidos oficialmente en el año 2021 como Iglesia Organizada, transformándonos así, en la segunda Iglesia ACyM de Montevideo, y en la primera fundada en los últimos cincuenta años.
“Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.”
Efesios 3:20-21